MI COLON IRRITABLE
Desde pequeña mi alimentación fue muy variada. Las comidas y meriendas eran en casa mi abuela y se basaban en un buen estilo de cocina mediterránea. En cambio, en mi casa, mis padres no eran muy amigos de la cocina, así que mi alimentación, tal y como te he comentado alguna vez, era bastante basura. Cereales ultraprocesados, pizzas, hamburguesas, bocadillos y todo aquello que fuera rápido y bien cargado de azúcares y carbohidratos simples. Los domingos en casa de mis amigas hacían paella, en mi casa chino, pizza o kebab para llevar.
A los 16 años empecé a salir con las amigas los fines de semana y todos los domingos y lunes estaba mala de la barriga. Recuerdo que mi abuela me decía «Que beberás, que comerás, tú sabrás». Pero yo comía como ellas, pasta, pizzas, hamburguesas, chuches, chocolate, bollos y por supuesto, si era sábado, bebía alcohol. Pero «eso no podía ser», me repetía una y otra vez. «Ellas están perfectamente y yo no». Siempre me he justificado con «Tengo la barriga sensible«.
Recuerdo una noche a la perfección, tenía 17 años, cené con mis amigas en un chino e íbamos directas a un pub a tomar algo. El trayecto andando del chino al local fue un infierno. La barriga se me había dilatado una barbaridad, los dolores al costado eran tan intensos que apenas podía andar. Necesitaba irme a casa. Mi prima llamó a su madre y en cuanto mi tía me vio, me llevó directa al centro médico privado donde ella trabajaba. Varias veces había acudido al centro de salud pública e incluso a urgencias con dolores muy fuertes y siempre me daban el mismo resultado: «No es apendicitis, puedes irte a casa». Una buena dosis de medicación y listo. Pero esa vez, fue diferente. El médico que me atendió lo tenía claro. Varias pruebas y listo: “Colon irritable”. “Que mala suerte pensé” y le transmití al doctor mi pensamiento. “¿Por qué a mí? ¿Por qué tengo esto? ¿Por qué me condiciona tanto día a día?” El doctor me comentó: “Considérate privilegiada”. “Toma ya, él que no lo tiene”, pensé. Años después, recuerdo su explicación y sinceramente no podría estar más de acuerdo con él. Visto de algún modo, todos podemos tener un Colon irritable, todos podemos tener insensibilidad a algunos alimentos, intolerancias, indigestiones… piensa que tu cuerpo, te lo demuestra, te lo hace sentir, te lo grita y tú solo tienes que escucharle. Simplemente eso, ESCUCHARLE. Cuando aprendas a escucharle, aprenderás a vivir con él.
Muchas me preguntáis: «¿Lau, cómo te diagnosticaron el Colon Irritable?» ¡Por descarte! ni más, ni menos. Esa es la única respuesta que hay. Te hacen todo tipo de pruebas y finalmente deducen que no tienes ninguna bacteria, ni úlcera, ni intolerancias, ni ningún problema interno que justifique tu malestar, así que, te ponen la etiqueta y a casa. Y permíteme que me atreva: Colon irritable lo eres hoy, lo serás mañana y lo serás siempre.
Bueno que me lío, seguimos. Tenía tan solo 17 años y el doctor me dijo que quitara de mi vida todos los ultraprocesados, el alcohol, los fritos y que priorizara simplemente una Alimentación Mediterránea. Aunque parezca mentira, para mí era bastante difícil, ya que tenía una vida social muy amplia y pronto iba a empezar la universidad, por lo cual se terminaron las comidas en casa de mi abuela, sus guisos y sus artes culinarias y me tocaba cocinar. ¡Yo que ni siquiera sabía freír ni un huevo! En la etapa de la universidad, intenté mejorar mis hábitos, pero me faltaba conocimiento o mejor dicho interés. Seguía sin escucharme. Mis desayunos se basaban en magdalenas traídas por mi compi de piso de su panadería preferida del pueblo y mis comidas más frecuentes eran las galletas príncipes mojadas con leche, bocadillos de pechuga con mayonesa y pizzas nocturnas. Ah y por supuesto, los jueves no eran jueves, eran juernes y tocaba salir y beber. Mientras los viernes mis compañeras iban a la universidad resacosas, a mi me tocaba quedarme en casa pegada al baño.
A los 21 me gradué como maestra y a los 22 me independicé. Encontré trabajo como docente y tuve que aprender, ahora sí, a cuidarme. En la estación de tren de Madrid, camino a mi escapada a Asturias, encontré el libro de Sascha Fitness. Podría deciros que quería curar mi colon, pero os mentiría. Simplemente vi una chica musculada y esbelta en la portada y quería tener un físico parecido al de ella. Mi índice de grasa era obvio que superaba al recomendado, así que me propuse bajar de peso. Ese libro me aportó cosas positivas como nociones básicas de nutrición, introducción de alimentos saludables, iniciación en el gimnasio… pero sinceramente esos simples conocimientos no eran suficientes y tras algunos desastres en mis dietas, a los 24 entendí que mis métodos no eran para nada eficaces. Aumentaba, perdía, aumentaba, perdía y mientras tanto mi colon sufría fases muy dañinas.
Quería un cambio, ¡Necesitaba un cambio! Ahora sí, no solo físico sino también interno. Empecé a leer libros de nutrición, entrenamiento, salud mental, amor propio… Abrí mi cuenta de Instagram, empecé a versionar mis recetas favoritas, a hacer magia con la comida real, a disfrutar de realmente de ella. Empecé a aprender y compartir. Me traté con una nutricionista y fue en ese momento, cuando me dediqué plenamente a cuidar no solo mi físico, sino también mi colon.
Poco a poco conseguí mi peso ideal, ese adecuado a mi altura y edad y lo más importante, aprendí qué alimentos tolero y cuáles no. ¿Cómo? Simplemente con ensayo – error. Añado un alimento, escucho como mi cuerpo reacciona a él, elimino aquellos que considero que me pueden inflamar, observo cómo mi cuerpo me lo agradece… Evito comidas abundantes y con muchos ingredientes. Trabajo comer despacio, masticar bien, hacer digestiones relajadas, evitar el estrés y controlar mi mente. ¿Tu mente? Si, mucho cuidado con ella, por qué existen muchísimos estudios científicos que relacionan los problemas digestivos con el sistema nervioso. De hecho, afirman que es nuestro segundo cerebro. Ah! y práctico deporte de fuerza y caminatas en la naturaleza. ¡Terapia pura!
No te mentiré, cada año me he equivocado y he aprendido algo nuevo. Hoy en día, sigo sin tener la solución absoluta, lo que si sé es que mi colon está en calma conmigo. Como ya te he comentado, el colon nunca se cura, simplemente tenemos que aprender a vivir con él. Hoy, tengo 29 años y puedo decir que lo quiero, lo aprecio y acepto la etiqueta que me vino impuesta. No me importa si esa “etiqueta” es o no justa, simplemente considero que escuchar mi colon, mimarlo y cuidarlo puede prevenir la aparición de muchísimas enfermedades como el cáncer de colon de mi abuelo, el cáncer de estómago de mi abuela, las úlceras de mi hermano pequeño…Por todo ello, este año me he encaminado en una nueva aventura, estudiar dietética y aprender mucho más sobre este curioso mundo de la nutrición.
Si has llegado hasta aquí, ¡INMENSAS GRACIAS! Esta publicación es muy importante para mí. Más adelante intentaré compartirte consejos, libros e información de calidad avalada por estudios científicos. Hoy, simplemente me hacía mucha ilusión contarte mi historia.
Recuerda: ¡ E S C Ú C H A T E !
Beatriz
Gracias, gracias y mil gracias por compartir tu experiencia.. En la q me siento identificada totalmente… Me diagnosticaron hace unos meses colon-intestino irritable y si.. También por descarte.. Después de hacer muchas pruebas. Estoy totalmente de acuerdo contigo en q tenemos q escuchar nuestro cuerpo.. Y q decirte del estrés.. Yo q trabajo a tres turnos rotativos cada semana(noche, tarde, mañana). Ya t sigo en tu cuenta de Instagram.. Me paso todos los días por ella..y bicheo tus consejos, recetas.. decirte q un placer haberte conocido
aunque sea en en la distancia.. Uno no se siente tan «raro» si lee q a otras personas les pasa lo mismo. Seguimos en contacto.. Muchísimas gracias otra vez.. Un saludo! Y a cuidarse!!
VIDASANA | LAU
Muchísimas gracias a ti Beatriz. Gracias por escribirme, gracias por hacer sentir que invertir mi tiempo en todo esto realmente vale la pena. gracias de corazón. Para lo que necesites, dentro de nuestro mundo, estoy aquí. Un fuerte abrazo
Chary Serrano
Es muy importante que hayas contado tus vivencias y tus problemas y lo más importante a mí parecer son los datos que has dado de tu alimentación juvenil.
La frase… Somos lo que comemos… es muy cierta.
La mayoría de las personas no le dan importancia a la alimentación, solo comen y comen… Da igual qué, si te gusta.
Me alegro que hayas conseguido convivir con tu problema sin culpas ni ira, y que decidieras estudiar dietética, es muy buena opción.
VIDASANA | LAU
Gracias Chari, de verdad que sí hay que saber diferenciar entre sentirnos mal por comer mal o sentirnos mal aun comiendo bien. Un fuerte abrazo
Tere Alemán
Gracias por compartir tu testimonio, muy útil para saber el por qué de muchas malas digestiones, que a veces no es colon irritable,sino una mala alimentación, así que me quedo con tu experiencia y con la conciencia de la vida sana.
Un beso
VIDASANA | LAU
Muchas gracias Tere, la verdad es que hay que saber identificar que puede ser. Un fuerte abrazo.
Paloma Gómez
Hay muchas veces que, según avanzan los conocimientos, se descubren estas cosas. Hace años una persona celíaca o intolerante a la lactosa le sentarían mal pero su familia seguiría dándole, como tu abuela con ese dicho. Pero por suerte ya se le va poniendo nombre a las cosas y diagnosticando y sabemos como tratarlo.
VIDASANA | LAU
Exacto, la sociedad va avanzado. Efectivamente yo era sensible a la lactosa desde pequeña, de hecho me criaron con bebida vegetal y luego poco a poc me introdujeron la lactosa, pero nunca llegué a tolerarla.
madrid me enamora
Nos ha encantado que compartas tu experiencia porque hay muchísimas personas que padecen de colon irritable. Por eso es muy importante tu vivencia y tus consejos. Gracias.
VIDASANA | LAU
Muchas gracias compis, la verdad es que cada vez es más común.
Paula
Muchas gracias por compartir tu experiencia. Qué maravilloso que aprendieras a escucharte y a respetar tu cuerpo! Todos deberíamos hacerlo más. Mil gracias Lau
VIDASANA | LAU
Muchas gracias a ti Paula por leerlo y dedicarte a responder. Para mi es muy importante.
Amanda Santamaria
Tengo unas cuantas amigas con esta dolencia y es super molesto, no te puedes desfasar nada con la comid, les pasaré tu artículo
VIDASANA | LAU
Muchas gracias Amanda, por desgracia cada día es más común!
Gastroactivity
Me ha encantado leer tu experiencia, muy ilustrativa y muy bien explicada. Has dado un paso de gigante escuchando a tu cuerpo, enhorabuena porque el colon irritable, es como dices, difícil de diagnostircar
VIDASANA | LAU
Muy dificil, así que solo toca aprender a vivir con él
Sofia
Muchas gracias por compartir tu experiencia y tu alimentación en edad joven, aunque todavía lo eres, es muy importante una alimentación variada.
VIDASANA | LAU
efectivamente, gracias Sofia!
Luli Borroni
Gracias por esta entrada Laura! Como dices todos podemos tener colon irritable y debemos escuchar a nuestro cuerpo porque es sabio. Además, todas tus recetas nos ayudan a seguir comiendo bien en el día a día y eso siempre es de agradecer.
Un besazo guapa 🙂
VIDASANA | LAU
Gracias cariño de verdad =)
Irene Muñoz Gutiérrez
Qué importante es escuchar a nuestro cuerpo y lo que nos cuesta, ¿verdad? Si todos fuésemos conscientes de esto no habría la cantidad ingente de problemas alimenticios que hay, por no hablar de temas más graves.
La clave para una vida sana, y cada vez estoy más convencida es la dieta mediterránea, reducir al máximo los ultraprocesados, azúcares, grasas… pero al final es lo que nos venden, lo que quieren que consumamos, cuando lo más sano es la comida real! Fruta, verduras, carnes y pescados frescos, 5 comidas al día… un equilibrio!
Me alegra mucho que hayas compartido esto, es importante empezar a quitar tabús.
Un abrazo,
Iris Fogones
Celeste
Muy intersante y se sabe muy poco de todos estos temas, ocurre igual con el dolor menstrual.
Las recetas de Carol
De lo más interesante, gracias por compartirlo con todos nosotros.